Desde 2015, el divorcio en Argentina es más ágil y puede iniciarse sin necesidad de acuerdo entre ambas partes. Te contamos cómo funciona y qué tener en cuenta.
El divorcio es una de las consultas más habituales en el derecho de familia. Desde la reforma del Código Civil y Comercial en 2015, en Argentina el trámite se simplificó, lo que permite a cualquiera de los cónyuges solicitarlo sin necesidad de expresar causa o esperar plazos determinados.
Existen dos formas de iniciar un divorcio: de manera conjunta (cuando ambos cónyuges lo solicitan) o de manera unilateral (cuando lo pide solo uno). En cualquiera de los casos, es necesario presentar una propuesta reguladora que contemple aspectos como la división de bienes, el cuidado de los hijos, la cuota alimentaria y el régimen de comunicación.
Uno de los cambios más relevantes es que ya no se exige demostrar “culpas” ni esperar plazos de separación. Esto permite que el proceso sea más rápido y menos conflictivo. Sin embargo, cuando existen desacuerdos en los puntos de la propuesta reguladora, el juez puede intervenir para resolverlos.
En cuanto al tiempo que demora el trámite, depende de la complejidad de cada caso. En divorcios de común acuerdo suele resolverse en pocos meses, mientras que en los contenciosos puede extenderse más.
Contar con asesoría legal es clave para proteger tus derechos y garantizar que los acuerdos sean justos.
En el Estudio Jurídico Cecilia Souto acompañamos a nuestros clientes en todo el proceso, buscando soluciones equilibradas que permitan comenzar una nueva etapa con tranquilidad.
